Hace un tiempo que he dejado que parezca que te he olvidado, Arlenne.
Pero no. Es que ya sabés cómo soy. Vulnerable al olvido de casi todo cuando el Amor me abraza.
Y ando así, como te gusta verme, íntima amiga mía, que sabes de mí todo lo del llanto y de la risa; de las atroces tristezas, las suaves melancolías, los miedos escondidos, las mentiras de sobrevivir, las verdades que me hacen andar así, liviana de equipaje, vestida con la vida por detrás, suavemente desnudada con la vida por delante.
Ando así, con las manos abiertas para el sol y la lluvia.
Ando por la vereda de sus ojos, escalo los valles de sus hombros, me resbalo por la suave ladera de su espalda, me duermo como una gata en la blandura de su vientre.
Me deslío en la suave tormenta de su amor, Arlenne.
Sin que me importe nada que no sean mi alma, mi corazón y mi ombligo de fiesta.
Eso sí, Arlenne. Que anden de fiesta.
Ninguna otra cosa que una fiesta.
Que no quiero resignarme a esa suave infelicidad que está tan de moda.
Ya ves que soy la misma loca de siempre, Arlenne, querida amiga de mi misma como ninguna otra.
Para no resignarse a esa suave infelicidad que está tan de moda, el olvido es un elemento casi indispensable. Hay que trabajar sobre eso.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Si honrar la vida es estar loca, pues si, estás loca! Y bien por ello!
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre!
Me mata algo que ya te lo leí antes, y es lo del ombligo de fiesta! genial!
Besoos
Inconfundible estilo, el mismo que jamàs olvidarà Arlenne.
ResponderEliminarY que la moda se pase de moda compañera!
Abrazo!
Usted siempre desafió a la moda, con estilo propio, con diseños de vanguardia, con osados modelos transgresores de los que abrigan el alma, alegran el corazón y enfiestan el ombligo.
ResponderEliminarEn su guardarropas de etiqueta "Amor que no hace feliz no es amor", no hay lugar para grises tapados de suave infelicidad.
Y yo, que quiero de una vez por toda cambiar de temporada, leo su poesía y su prosa, y contemplo las fotografías de su vida, como una Revista Burda. Como aquellos figurines que tenía la modista y que se hacían concretos y a medida.
Un beso demodé
Aplaudo esa locura que no se resigna a la infelicidad, una locura amiga de sí misma abierta y sin miedo de ser feliz.
ResponderEliminarmãe, usted es única
Estercita
Amiga, tienes una forma de escribir, de transmitir que, la verdad... transporta, y con eso sé que no digo nada, pero a la vez, digo todo.
ResponderEliminarDicho queda!
Chapeau, madame!
Muxutxuak desde esta orilla que empieza a agitar la espumita...!