Es la brisa de la vida que va corriendo telones y nos enseña a mirar con los ojos que fuimos guardando...


jueves, 24 de junio de 2010

mandarinas












en las siestas con sol
y en las noches de invierno
a mí me gusta
comer mandarinas

desde que desprendo 
su cáscara
sé que ese suave crujido
cargará mi alma 
con un dulce avío

tocará mi frente
la blanca risa de mi madre
inundándome 
de mi feliz infancia:
la de robar mandarinas
con los gurises del barrio
tentando a la solapa
escondida en la resolana

(cuando Gualeguay olía a azahar
y a jugosos duraznos)

su persistente aroma
se me quedará en los dedos
hasta un rato después
suavizando el corazón
como los bellos recuerdos

y cuando muerda
la jugosa pulpa de sus gajos
se me escapará como siempre
un fresco suspiro
de confiable placer

la mandarina
tiene esa atinada cualidad
de no ser siempre tan dulce
de ponerme alerta
con una leve acidez
que tampoco es siempre

y cada vez
me deja en la comisura 
de los labios
esa sonrisa extendida
mansa
inacabada
de la felicidad porque sí.


gurises: niños
solapa: cuco que se llevaba a los gurises que no dormían la siesta.



domingo, 20 de junio de 2010

tu fresca mano en mi frente


Hoy me desperté como si nada, haciéndome la chancha renga; y así he andado todo el dìa porque ya soy una mujer grande, con todo y abuela.
Camilo vino a pasar su día de padre soltero con su hijita y mi comida casera, así que a eso me dediqué sin pensar mas en nada. Y luego vino Ceci, y siempre el amor de Daniel, ha sido un buen día, en resumen.
Pero ahora, ya es noche de domingo, me he quedado en calma y por un momento a solas, y entonces, con el alma atribulada desde hace un tiempo. me conmisero secretamente de mí misma y, gurisa en mis dentros, extraño desesperadamente tu fresca mano en mi frente, Papá.

*gurisa: niña