Hoy me desperté como si nada, haciéndome la chancha renga; y así he andado todo el dìa porque ya soy una mujer grande, con todo y abuela.
Camilo vino a pasar su día de padre soltero con su hijita y mi comida casera, así que a eso me dediqué sin pensar mas en nada. Y luego vino Ceci, y siempre el amor de Daniel, ha sido un buen día, en resumen.
Pero ahora, ya es noche de domingo, me he quedado en calma y por un momento a solas, y entonces, con el alma atribulada desde hace un tiempo. me conmisero secretamente de mí misma y, gurisa en mis dentros, extraño desesperadamente tu fresca mano en mi frente, Papá.
*gurisa: niña
*gurisa: niña
oPS! Se me salta la emoción.
ResponderEliminarMira que sos ehhh!!!
Tan linda, digo.
precioso
ResponderEliminarMi papá tenía manos grandotas, resecas por el laburo, llenas de callos. Porque el era empleado en una fábrica, pero ni bien llegaba a casa metía las manos en la tierra, o en un tallercito que se había construído en el fondo y trabajaba limando madera y construyendo cosas para nosotros.
ResponderEliminarA veces mi mamá lo obligaba a que se ponga crema. Le decía que no quedaban lindas esas manos ásperas.
Mas tarde me di cuenta que la excusa de mi mamá era solo eso, una excusa. Creo que cada caricia de mi viejo debe de haber sido como un piling casero!
Besooos
Las manos de los padres, las de las madres...
ResponderEliminarÚltimamente he tenido mucho tiempo para tener entre las mías las de mi aita, mucho tiempo para acariciarlas, mirarlas, mimarlas y besarlas, darles calor y dejar que me apretaran levemente transmitiento ese cariño inmenso que guardan intacto...
Jolín, me hisicte llorar!
Qué bueno que sigas recordando sus manos y sintiendo la frescura sobre tu frente!
Precioso homenaje!
Muxutxuak!
Las ausencias suelen dolernos por las noches.
ResponderEliminarSaludos desde Neuquén
y yo la extraño siempre...pero a veces, cuando extraño mucho, mucho...siento su caricia en el aire.
ResponderEliminarte doy un abrazo